Instalación
Esculturas de latón, Sonido, Cables, Vinilo, Alambres
2018
Proyecto expositivo Zona «C», Consello de Santiago, 2018
Vivimos en un mundo capitalista, que propuso “la globalización” como solución a los conflictos de la humanidad, una solución que pretendía abrir fronteras, pero lo que ha conseguido realmente fue levantar muros y vallas. Una cultura de fronteras que forma parte de nuestro desarrollo (Reviel Netz, 2015)
Las fronteras no son solo esas barreras que separan países en conflicto, estas se encuentran dentro de un mismo país o incluso ciudad, la urbanización actual genera nuevas formas de movilidad pero también genera fronteras entre el centro y la periferia. En la ciudad globalizada se ven todas las contradicciones del desarrollo urbano, cada vez más marcado por las desigualdades, las barreras espaciales y la separación entre clases (Marc Augé, 2009)
Esta instalación muestra la contradicción de la conectividad y la globalización frente a las barreras y las fronteras en nuestro paisaje cotidiano. En cierta manera es una visión personal de la complejidad global en la que vivimos hoy en día. Ilustra la relación entre las fronteras, los medios de comunicación y por supuesto la economía. Para mí, los pilares de la llamada Globalización.
Mi condición de vivir y crecer entre Europa y África, entre un país en vía de desarrollo y países desarrollados, entre un país cristiano y otro musulmán… me hizo desarrollar una visión sobre cómo funciona el “mundo globalizado”, en el que las fronteras -como barreras territoriales- y los medios de comunicación -como barreras culturales y raciales- están al servicio de los intereses económicos.
En este proyecto intento unir mi investigación sonora (autodidacta) y visual (académica) en una única pieza, algo que llevo mucho tiempo queriendo hacer y que me hizo enfrentarme a nuevos retos para conseguir una cierta harmonía y coherencia entre la parte conceptual el resultado visual y sonoro.
A través de esta intervención quiero sumergir el público en un espacio donde se percibe el contraste entre la conectividad y las fronteras, y al mismo tiempo hacerle partícipe de un juego de “comunicación manipulada” creando un ambiente sonoro/visual divertido y al mismo tiempo preocupante que nos hará reflexionar sobre el resultado de la globalización. Cables, pinchos, micrófonos, altavoces, pedaleras de efectos y otros elementos forman esta instalación que invadirá el espacio de la Zona “C”.
Descripción:
De lejos apreciamos postes eléctricos y bobinas de latón conectadas por cables. Cuando nos acercamos nos damos cuenta que esos cables contienen pinchos que simulan el alambre de espino convirtiendo esta conexión en algo preocupante.
Las piezas de latón simulan las bobinas donde se enrollan los cables eléctricos que recorren nuestro planeta, y el latón alude a las monedas y por lo tanto al capitalismo. Los cables se van transformando de alambre de espino a unos mosaicos que conectan las bobinas de latón. En esta obra, al igual que muchas otras anteriores, recurro a los mosaicos, inspirados del arte islámico, refiriéndome a la actual complejidad de la imagen que pueden llegar a crear los medios de comunicación de un enemigo global omnipresente. Aquí los mosaicos funcionan como elementos de unión combinándolos con los pinchos que representan elementos de separación.
Esta obra también tiene una parte interactiva. Cinco de las nueve piezas de latón tienen contactadas un micrófono que capta el sonido del participante y que a través de unas pedaleras de efectos y unos amplificadores se trasmite a las otras cuatro bobinas que funcionan como altavoces gracias a unos transductores táctiles.